¿Por qué tus alumnos amarán el Springboard?

¿Quieres que tus alumnos ganen más fuerza, control y confianza en cada clase? Entonces, el Springboard puede convertirse en tu mejor aliado.

A simple vista, es una tabla anclada a la pared con resortes. Pero detrás de esa estructura sencilla, se esconde una herramienta capaz de transformar la experiencia de movimiento. Para tus alumnos, significa conectar la fuerza con la ligereza, el control con la libertad, el cuerpo con la mente.

El poder del resorte: resistencia y soporte a la vez

El Springboard trabaja con un principio único: resistencia variable. Los resortes acompañan y retan al cuerpo al mismo tiempo. Esto obliga a mantener la activación del core y a reclutar los músculos estabilizadores más profundos —esos que no siempre se despiertan con otros aparatos.

A través de la tensión controlada, los alumnos aprenden a moverse con precisión, mejoran su alineación postural y desarrollan una fuerza funcional que se refleja en su día a día.

Cada resorte invita al cuerpo a dialogar con la gravedad desde un nuevo ángulo, a encontrar estabilidad dentro del movimiento.

Más movilidad, más conciencia

Uno de los mayores beneficios del Springboard es la amplitud de posibilidades que ofrece: los ejercicios pueden realizarse en múltiples direcciones y planos, lo que favorece una movilidad global del cuerpo. Para los alumnos, eso se traduce en mayor flexibilidad, coordinación y equilibrio.

El Springboard también exige atención constante: no hay forma de desconectarse. Cada movimiento requiere enfoque, control y respiración —esa conexión mente–cuerpo que es la esencia del método Pilates.

Un aparato para todos los niveles

Lo mejor del Springboard es su adaptabilidad. Permite ajustar la resistencia según el nivel, la edad o la condición física del alumno. Desde la rehabilitación hasta el entrenamiento atlético, se puede usar como apoyo, desafío o complemento a otras rutinas.

Por eso, para un instructor, dominarlo significa abrir un universo nuevo de posibilidades pedagógicas: enseñar con más recursos, ofrecer progresiones seguras y diseñar clases creativas en poco espacio.

Por qué enseñarlo cambia tu forma de guiar

Cuando dominas el Springboard, no solo amplías tu repertorio como instructor; le das a tus alumnos la oportunidad de descubrir su cuerpo desde otro lugar: más fuerte, más estable y con más libertad de movimiento.

En cada clase, el Springboard les enseña algo más que fuerza: les enseña autocontrol, confianza y precisión. Porque el Pilates, en su esencia, no se trata de lo que el cuerpo puede hacer, sino de lo que el cuerpo aprende a sentir.

Haz del Springboard tu próximo paso

En The Pilates School, te enseñamos a planificar, guiar y crear experiencias transformadoras con el Springboard.

 Aprende a construir clases para todos los niveles y a dominar este equipo versátil que está revolucionando los estudios de Pilates.